Algunos de los hechos que estamos presenciado estos días nos hablan mucho de eso que se conoce como: “La Condición humana”, esa forma que tenemos en común los seres humanos a la hora de reaccionar frente a los acontecimientos que nos acontecen en la vida.
Mucho se ha debatido sobre la existencia de los comportamientos comunes de los seres humanos frente a los sucesos e incidentes que nos ocurren cada día. Algunos filósofos como Ortega y Gasset o Sartre afirmaban que no existe como tal la “Naturaleza humana”, que cada hombre y mujer es único e irrepetible, y que lo que tiene el ser humano es historia, cada uno la suya. Aristóteles ya nos hablaba de que “la Condición humana” y decía qué en todo caso, no es algo estático, la Condición tiene la capacidad de modificarse en función de lo que le va ocurriendo a cada ser humano. No siempre nos comportarnos igual frente a un hecho.
Hasta aquí un poco de los que nos dice la Filosofía porque luego está la política y los políticos de los que solemos decir que son el fiel reflejo de nuestra sociedad ya que a los políticos y a su forma de hacer política les elegimos nosotros y estos días la política, los políticos y hasta el conjunto de sociedad se nos torna imprevisible hasta límites insospechados y eso, de alguna manera, nos hace maravillosos a los seres humanos. El no saber lo que está pasando por la cabeza de alguien, el no saber cómo va a reaccionar, el saber que siempre hay algo o alguien que nos puede sorprender, de alguna manera, hace que siempre merezca vivir la vida hasta el último segundo, aunque solo sea para ver qué pasa, porque de la vida y de los seres humanos siempre podemos esperar que nos asombren. La vida ha de ser como una buena película o una buena película ha de ser con la vida misma: un inicio prometedor y una trama entretenida que nos conduzca a un sorprendente e inesperado final.
¡Qué aburridos seríamos los seres humanos si no tuviéramos la capacidad de sorprendernos!
Sin embargo, si hay determinados comportamientos que se repiten una y otra vez cuando ocurre un hecho dramático o cuando alguien cae en desgracia, aunque sea por sus propios errores. Comportamientos que no hablan muy bien de nosotros, como seres humanos, y que siempre nos sorprenden, aunque siempre se repitan, porque es bueno dejarse sorprender cuando salen a flote nuestros bajos instintos para no deshumanizarse ni perder la esperanza en nosotros mismos.
Fran Sardón
La capacidad del ser humano siempre acaba sorprendiendonos,para bien o para mal
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